27.8.10

SUN


Repite una palabra tantas veces como haga falta hasta que pierda completamente el sentido. Hazlo hasta que las letras se desencajen y resuenen hipnóticas.
Puede que suenen a metal, congeladas, y que se claven en tu oído hasta que te retuerzas del dolor, cada vez más lentas. Con un poco de suerte, quizá te hagan bailar hasta perder el control.
Pero seguro que llegará un momento en el que ese puñado de rayajos cobren un significado totalmente diferente para ti.
Es ahí cuando empezamos a separarnos.

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